Es viernes por la noche. Recién
fui de compras y volví con la liviandad de no llevar celular. Me gasté la misma
cantidad de plata en un picachu y en unas velas para que mi cuarto tenga rico
olor.
hay Humedad.
cuando viví sola en Montevideo,
la casa venía con un aparatito robot que deshumidificaba el aire. Era un
ambiente con patiecito donde me sentaba de cara al sol en la única silla que
había. Al principio, de rata, no quería prenderlo mucho para no gastar tanta
luz. Más de una vez llegué a casa y estaba todo el piso mojado. Qué bajón
despertarme en la mitad de la noche a hacer pis y empaparme los pies. Después en
una cambié y empecé a prenderlo.
Cambié. Fa, qué declaración.
No sé ni tanto. No me siento otra persona. Me siento como avanzando niveles en
un videojuego. Como si fuese lógico en algún punto. Creo que no le doy lugar a
pensar en realidades paralelas que se podrían haber creado si hubiera o
hubiese tomado otras decisiones. What´s the point, no?
che, esta vela no tira ningún olor...